Cada sonrisa una historia,
cada mirada un lugar...
cada rostro una emoción,
un camino compartido...
cada alma, un poco mía,
un secreto revelado,
un corazón entregado,
una tarde que nos une;
cada mano se entrelaza,
se abraza y se aferra
a otra mano, cual la tierra;
el camino no termina,
sólo cambia su sentido,
se recuerda lo vivido
y se sigue construyendo.
Y el agua sigue pasando,
por el río de la vida…
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