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viernes, 2 de noviembre de 2012

El día que un Feliu casi termina, sin querer, con la Monarquía Española.


Se comenta que en Figuerola D`Orcau, el pueblo donde mi abuelo nació, un Feliu antepasado mío plantó un olmo, en el mismo lugar donde está el plátano que se ve en la foto (hacia el centro), al lado de una iglesia y junto a la carretera que atraviesa el pueblo (a la izquierda de la foto). En una oportunidad, Alfonso XIII (rey de España en ese momento, hasta el año 1931), abuelo del actual Rey de España, pasó circunstancialmente por el pueblo. Para ese momento, el olmo tenía ya varios años, y había alcanzado un tamaño tal que para circundarlo hacían falta 8 personas. Como el Rey no quería detenerse por mucho tiempo en el pueblo, se le hizo algún tipo de recepción debajo del olmo, dado que estaba junto a la carretera y de esa manera evitaba entrar al pueblo. A las pocas horas de haberse ido el Rey, se rompió una gran rama del olmo y cayó en el mismo lugar donde él había estado.
El 14 de abril de 1931 se proclamó la Segunda República Española, y el Rey Alfonso XIII huyó de España. La monarquía no volvería hasta 1975, año en que muere el dictador Francisco Franco y es nombrado rey Juan Carlos de Borbón, nieto de Alfonso XIII, que continúa hasta la actualidad. Quizás otra hubiera sido la historia si la rama de aquel viejo olmo plantado por mi antepasado Feliu hubiera caído unas horas antes. Y entonces ese ancestro, sin querer, hubiera cambiado el destino de un país (para mejor o para peor, no se puede saber). La anécdota llega hasta aquí, pero una pregunta, la posibilidad de algo ronda mis pensamientos. Es sólo una idea y no tiene ningún fundamento: ¿Y si alguien hubiera “ayudado” a que esa rama se desprendiera? ¿Si quizás alguien la serruchó para dejarla a punto de caer? Lo único que apoyaría mi especulación es el contexto social y político de aquella época, en que el anarquismo estaba muy extendido. De hecho, en el casamiento del mismo rey Alfonso XIII, en 1906, hubo un atentado anarquista. Muchos años después, la escalada de violencia de la que no quedó exento ningún bando en España desencadenaría en la Guerra Civil, una herida tan grande que todavía se siente con intensidad. Pero eso es otra historia...

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